Puesto que en el apartado anterior ya nos hemos referido a
los avatares del ajedrez en Egipto. Mesopotamia, India, Persia, hablaremos
ahora de su existencia en la antigua
Grecia y Roma.
En varias obras de Platón, Sofocles y
Polibio encontramos referencias a un juego que llaman petteia, al que
clasifican <<de ingenio y sagacidad>>. Los mismos autores hablan de
tableros divididos por cuadros a rayas y de piezas de diversas formas.
Parece ser que el petteia tiene su origen en el triodión o
tres en raya de los primitivos griegos y etruscos y que, al correr del tiempo,
aumentaría el número de piezas y, por tanto, el de casillas.
En
dos vasos etruscos, de diferentes épocas, puede verse a Aquiles y Ayax
jugando al tres en raya ante los muros de Troya. Aunque la técnica y los
detalles difieren grandemente, no cabe duda de que el asunto y el juego es el
mismo.
El primer vaso, Amfora Tirrena,
representa a dos guerreros armados, sentado uno sobre una piedra suelta y el
otro sobre una más larga en la que se ha pintado el juego; encima de dicha
piedra aparecen cinco o seis piedrecitas blancas y negras.
El otro vaso, de técnica mucho más avanzada, representa también a dos guerreros, sentados cada una en distinta piedra e inclinados sobre un juego sin identificar; sin embargo, aparecen aquí una serie de inscripciones en caracteres etruscos que nos dicen el nombre de los guerreros, <<Akileus>> y <<Aiantus>>. Entre las lanzas del primero y la especie de tablero apreciamos el nombre de <<Tesara>> y en el segundo el de <<Tria>>.
Si las referencias a los juegos griegos
<<sobre tableros rayados o damas, de más o menos piezas y de diferentes
colores y materias>> no son demasiados abundantes ni esclarecedoras, no
ocurre lo mismo respecto al pueblo romano. En muchos textos aparecen
referencias que hacen pensar en su gran difusión ya en tiempos de los primeros
emperadores.
De H. Coleridge, autor de una colección
de artículos titulados <<Greek and Roman Chess>>, extraemos las
siguientes citas: <<Parece que se jugaba sobre un tablero semejante al
nuestro, aunque no conocemos exactamente el numero de casillas que tenía, con
piezas de diferentes colores fabricadas en cristal, marfil o materiales muy
costosos, llamadas por diversos autores calculi, latrones, latranculi y
milites, y que, en el modo de tomar las piezas, se parecía al petteia, del que
probablemente derivaba. Del pasaje de Bassus se ha querido deducir que las piezas estaban colocadas en
orden como nuestros alfiles, caballos y torres, pero parece muy dudoso que así
fuese. >> <<Es evidente que la idea moderna de comparar el tablero
de ajedrez con sus piezas a un campo de batalla no era desconocida a los
romanos. Las propias palabras latrus y latrunculus, usadas para designar las
piezas, eran antiguos términos empleados para designar un soldado, que se
encuentran ya en Plauto y Ennio. >>
Sin embargo, a pesar de las abundantes
referencias al Ludus Latrunculorum, los autores no dejan suficientemente
explícito si se trata o no del ajedrez.
Tal vez resulte esclarecedor que los escritores latinos medievales llamen de
este modo al ajedrez tal como lo conocemos en la actualidad.
Tal como se desprende la multitud de
textos, los romanos jugaban varios juegos de tablero, como el ajedrez, las damas, el chaquete y tres en raya.
Para cerrar este apartado,
transcribimos una cita de Valerio máximo, aunque son frecuentes asimismo en
otros autores latinos como Séneca, Olvidio, etc.: <<Antonio reinaba muy
prudentemente en Roma; acostumbraba divertirse con los perros y después pasaba
todo el día jugando el ajedrez. >> (Gesta Ramanorum.) Este párrafo
constituiría una prueba evidente de que el ajedrez era jugado en Roma en
tiempos de los primeros emperadores, ya que este autor fue contemporáneo de
Tiberio.